¡Te preguntarás porqué digo que bajar precios es el último acto de desesperación!
Cuando un autónomo, emprendedor o empresa empieza a bajar precios como una acción desesperada por conseguir una venta, un contrato o lo que sea, es que le queda muy poco más que ofrecer. ¡Y eso no es nada bueno!
Lo malo de esto es que además de perder beneficios, le estás dejando a tu competencia el cuello libre para que te remate.
¡Cómo yo digo!
Para vender poco, barato y de mala calidad, me quedo quieto y por lo menos no trabajo ni regalo mi tiempo.
Índice del post
Bajar Precios puede ser una opción si…
Está totalmente justificado.
Bajar precios en un contexto específico es totalmente normal, siempre y cuando sea por:
- Compensar a un cliente (ahora te digo algún ejemplo)
- Tienes nuevos productos o servicios y bajas el precio de los más antiguos.
- El valor que ofrece tu producto o servicio a bajado en cuanto a las propuestas del mercado o se ha quedado anticuado.
Si no es por algo parecido a alguna de estas circunstancias, la bajada de precios significa que estás a punto de perder la partida.
Esto es como estar a punto de caerte a una piscina y en vez de agarrarse a algún sitio, ¡te tiras solito/a!
Yo prefiero agarrarme a algo antes de caer, aunque agarrarse a algo no te garantiza 100% que te salves de un buen chapuzón, al menos hay que intentarlo.
Me repito, tirarse a la piscina lo dejaría como la última opción.
Compensar a tu cliente
Hay ocasiones en la que bajar los precios o hacer un buen descuento puede ser beneficioso para los 2, para el cliente y para ti como empresa, emprendedor, etc.
Un ejemplo es cuando tu producto o servicio le ha dado algún problema a tu cliente o le ha creado más molestias de las necesarias.
Una buena forma de compensar esta pérdida de tiempo o mala experiencia podría ser a modo de detalle, bajar el precio por las molestias. Pero hay una forma que me gusta más…
Estoy encantado desde que creé “MI LISTA DE ESPERA”
Y la uso para no perder trabajos o para “contratos de paquetes grandes”.
La lista de espera
Mi lista de espera es algo que debí crear hace mucho tiempo.
Tengo varios servicios muy demandados en los que participo yo directamente, esto hace que mi tiempo sea limitado, así que…
Cuando estoy desbordado de trabajo, el cliente solo tiene 2 opciones:
- (Opción A) – O se para hasta que encuentre hueco o fecha.
- (Opción B) – O se va.
Entonces creé mi lista de espera, que para mi es la (opción C).
Cuando alguien necesita que le ayude o que implemente algún trabajo, necesito dedicar mi tiempo.
Pero cuando no dispongo de tiempo para hacerlo, les propongo la opción C, que consiste en…
Si tiene la oportunidad de esperar, (normalmente entre 4 o 6 semanas) se beneficia de un 15% de descuento de todo el trabajo, con la condición de reservar su fecha (previo pago de un pequeño adelanto como señal de reserva).
No puedo estar más contento desde que apliqué este Plan C, cierro contratos con bastante antelación y mis clientes se ahorran un buen dinerito, los 2 ganamos.
[thrive_leads id=’1363′]
Contrato por paquetes
La otra opción para bajar los precios es que el cliente te acepte un gran paquete, un trabajo que requiere de una importante inversión, este es el momento en el que hay que tener un detalle por tu parte y en el que le ofreces un descuento adicional si lo elige al completo.
¿Te estás quedando anticuado?
Para mi, lo único que justifica una bajada de precios, ¡tal y como suena! es cuando tu producto o servicio se está quedando un poco atrás de lo que se ofrece en el mercado, si es así, se justo y haz lo siguiente…
Intenta Actualizarlo, mejorarlo e incluso superarlo.
Mientras creas ese producto o servicio puedes seguir vendiendo el anterior a un precio mucho más económico, se justo y tus clientes te lo agradecerán.
Resumiendo
- Si bajas los precios sin una justificación, estás cavando la tumba de tu negocio.
- Para no tener que bajar precios, mejora tus productos, la presencia de tu negocio, crea algo diferente a tu competencia.
- Recompensa a tus clientes y consigue que hablen bien de ti, aprovecha esto a tu favor, para mí es importantísimo lo que mis clientes dicen de mi.
Si aún así tus clientes te siguen pidiendo que bajes el precio, es hora de que empieces a definir ¡quién es realmente tu cliente ideal!.
¿Y tú que haces, aguantas o haces la estrategia de bajar precios?
Muy buen post! En mi caso he bajado el precio de mis cursos de suscripción de 19€ a 10€ al mes y ahora nadie se da de baja. Luego he creado servicios de mentoría a precio alto para contrarrestar y la verdad que me está funcionando muy bien. En mi caso bajar los precios me está dando beneficios y clientes más contentos. Un saludo!
Hola Borja, gracias por tu comentario.
Efectivamente eso que has hecho es una buena estrategia, yo lo hago incluso de forma gratuita (con un imán de prospectos).
Porque de ahí es de donde aparecen los clientes que pueden pagar por ejemplo (la mentoria), depende de cual sea tu principal objetivo y esa podría ser una bajada de precios muy justificada.
En tu caso no se si tu principal fuente de ingresos es la suscripción, si fuese así… para conseguir tener el precio de 19€ (por ejemplo) y que tus clientes no se marchen, posiblemente tengas que preguntarles a esos clientes qué es lo que ha pasado para que no continúen.
Una vez sabes cual es el problema, intenta mejorar tus cursos con esas decadencias para intentar que no se marchen. (Es solo un consejo).
En mi caso, antes tenía clientes que no estarían dispuestos a pagar lo que ahora cobro, es decir… Si mis clientes fuesen los de antes, simplemente se marcharían todos.
Así que efectivamente, si quisiese que mis anteriores clientes no se marchasen, tendría que haber bajado los precios para conseguir algún contrato.
Para contrarrestar eso te digo lo que he hecho.
He mejorado algunos de mis anteriores servicios, he eliminado los menos rentables y me he formado mejor para poder dar un servicio o producto que se diferencie de los competidores y que pueda cobrar por ellos lo que necesito.
Para mi no hay servicios o productos caros o baratos si no, productos con precios coherentes con lo que ofreces. Un ejemplo y termino:
Si ofrezco un curso igual a lo que hay en el mercado y le subo el precio sin aumentar su valor diferenciador o sus resultados, nadie lo compraría porque los hay a mejor precio en el mercado.
Sin embargo, si ofrezco ese mismo curso con mejores y diferentes resultados, con mejor experiencia para el usuario, más fáciles de realizar, etc… entonces si que encontrarás personas que estén dispuestas a pagar más por ello, no porque sea más caro, sino porque su valor no es el mismo que el de los demás cursos.
Espero haber explicado bien mi opinión, de nuevo un saludo Borja.